Jorge Javier Vázquez volvió de vacaciones el pasado viernes 3 de septiembre para ponerse al timón de Sálvame en su peor momento y lo hizo al frente de "Viernes Deluxe" después de que Telecinco decidiera cancelarlo por su bajada de audiencia. Un gran porcentaje de los espectadores del programa, indignados por la manera en la que sus colaboradores defendían la versión de Rocío Carrasco, abandonaron la cadena.

Meses después de que la serie documental de Rocío Carrasco se convirtiera en un fenómeno televisivo, la cadena optó por cambiar su estrategia y dar voz también a los apoyos de Antonio David Flores, el primero en hablar fue Kiko Matamoros, amigo personal del exguardia civil, que durante sus vacaciones había manifestado su decisión de renunciar a su contrato porque sentía que el programa manipulaba la realidad, y así lo expresó en una entrevista con la revista Lecturas.

El colaborador se sentó con Jorge Javier Vázquez y aclaró la situación: manifestó que, a su juicio, la violencia vicaria "es un término acientífico, lo cual no quiere decir que no exista".

"Hay una manipulación en ese sentido que interesa a determinados sectores donde no se cuenta la verdad de la este tipo de agresión. ¿Sabes que el 80% de las víctimas de la violencia vicaria lo son de sus madres?".  

Paloma García Pelayo, indignada por el calado que podían alcanzar sus declaraciones en prime time, cuestionó la veracidad de sus declaraciones, sobre lo que Matamoros alegó que su versión se apoyaba en estudios científicos.

Los bulos de Sálvame, al descubierto

"Desde el INE nos explican que tanto las tablas estadísticas sobre condenados por violencia doméstica como las de adultos condenados por delitos muestran que el porcentaje de hombres implicados en asesinatos es 'siempre superlativamente superior al de mujeres', apuntaron desde RTVE ante la gravedad de la situación, y recordaron que "el único porcentaje en el que las mujeres cometen el 61% de los homicidios de menores en el hogar corresponde a un estudio sobre la situación en Finlandia publicado en 2001 con cifras de asesinatos de niños en el periodo 1970-1994".

Los seguidores de Rocío Carrasco, indignados por la irresponsabilidad que, bajo su punto de vista, se cometió en el espacio al permitir que se produjera esta falta tan grave en un momento tan delicado, decidieron utilizar su repercusión para pactar un boicot al programa en redes sociales.

"No voy a ver Sálvame. No queremos enterrar el hacha. Ya no hay vuelta atrás", decía una de las espectadoras que bajo el hashtag #ApoyoaRocío6S consiguió darle repercusión al debate convirtiéndolo en tendencia nacional.