'El objetivo' abordó en su entrega del miércoles los problemas de salud mental con una entrevista a Ángel Martín. El humorista acaba de publicar 'Por si las voces vuelven', un libro en el que relata cómo afrontó el brote psicótico que sufrió en el año 2017 y por el que tuvo que ser ingresado en un hospital. Durante su charla con Ana Pastor, dio detalles sobre el tiempo que permaneció en el área de psiquiatría. 

"Cuando estás allí y se cierra la puerta es cuando te preguntas qué está pasando", explicó Martín, convencido de que es "mucho más complicado para la persona que toma la decisión". Según comentó en el espacio de laSexta, en aquel momento no era consciente de que estaba siendo ingresado: "Recuerdo que me estaban encerrando en algún sitio sin saber muy bien por qué".

Debido a que su cerebro no podía "procesar" todo lo que estaba sucediendo, empezó a "buscar una trama" para relajarse: "Mi cabeza pensó que estaba en una scape room y que tenía una hora para salir"

Finalmente fueron 14 días de medicación y cambio de rutinas: "Al principio es un choque muy grande porque no sabes lo que sucede. Después tienes una especie de laguna de sensaciones donde vas como un zombi (...) y luego hay un momento en el que necesitas salir. Cuando sales viene el viaje fuerte". 

"Tú eres otro y el mundo es otro", recordó el cómico al hablar de su salida del hospital: "Entras estando en Matrix, y cuando sales tienes la esperanza de que vuelva todo, pero cuando eso no aparece no es nada guay". "Sales tan roto que das por sentado que es el fin (...) nada tiene ningún significado y das por sentado que no vas a a recuperarte, sales rendido", confesó Martín, que a partir de ahí se enfrentó a un proceso de recuperación "muy lento, cansado y lleno de inseguridades".

Respecto al consumo de drogas, considera que no fue "el detonante" de su situación, aunque quiso recalcar que "estar consumiendo no ayuda". "Por aquella etapa consumía un montón de marihuana, éxtasis y alcohol. Me dedico a escribir y de repente, a mí me parecía que eso me abría puertas a lugares donde no llegaba sin consumir. Era una excusa", comentó.