El cantante Morad ha sido el primer invitado de esta temporada en 'Lo de Évole', un programa, el de LaSexta conducido por Jordi Évole, que tuvo una gran audiencia y motivó muchos comentarios en las redes sociales. El artista callejero de L'Hospitalet no eludió ningún tema ni se mordió la lengua para hablar a la audiencia sobre su complicado pasado y su momento de bonanza presente.

Una de las preguntas que más esperaban los espectadores era la relacionada con su situación monetaria, ahora desahogada tras una infancia y adolescencia marcada por las carencias. El hispano-marroquí desveló en el programa que vivía en un piso okupado por su madre, que más tarde logró legalizar con el banco propietario del inmueble y que ahora ha reformado "hasta el último centímetro" porque se trataba de un piso que le traía "malos recuerdos".

Morad fue claro a la hora de explicar como empezó desde muy abajo en la música hasta tener ahora un caché envidiado. "En mi primer tour por España no gané ni un euro por llevarme a nueve amigos --entre ellos Beni, en ese entonces en busca y captura por la poiicía-- y una furgoneta", explicó. "Yo cobraba poco en esa época, pero cobraba". Ahora la situación es mucho más favorable: "Es verdad que he ganado mucho dinero, más que un jugador de Primera en un año. Puedo llegar a hacer un millón al año. Un millón y algo. Cobrando de los bolos y los conciertos".

Morad, entre sus peculiaridades, cuenta con no tener ningún contrato con una discográfica. Su música se puede encontrar en los canales más habituales de distribución pero el dinero por ella y por los conciertos repercute directamente en él.

Una bonanza económica que contrasta con sus inicios, donde no era capaz ni de abrirse una cuenta bancaria. "No tenía cuenta. No he trabajado ni he cotizado un euro en la vida. Cuando empecé a cantar no me querían dar cuentas los bancos porque no sabía explicarme, ellos no me entendían".

Visita movida en agosto a Castelló

Morad participó en un festival este pasado verano en el Grau de Castelló. La actuación no fue, ni mucho menos, tranquila, ya que muchos jóvenes, fans del de L'Hospitalet, intentaron acceder sin entrada al recinto del concierto. Los disturbios se trasladaron posteriormente a las calles del distrito marítimo de Castelló.