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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: TV-3, contraste de Isabel II con los Borbones

La crítica de Monegal: TV-3, contraste de Isabel II con los Borbones.

Genial, brillante, gran cintura política, admirable, espléndida» exclamaban esta mañana en ‘Planta baixa ‘ (TV-3) extasiados ante la conexión londinense que ofrecía la regia estampa de Isabel II en el balcón, acompañada del duque de Kent. Es explicable esta devoción en TV-3. Les sirve la Reina de Inglaterra de instrumento de contraste con los Borbones españoles.

Por ejemplo, advertía Jordi Graupera, con vehemencia: «La legitimidad de Isabel II proviene del acuerdo con el pueblo. La legitimidad de la monarquía española proviene de la invasión». Siempre escucho con atención a Graupera. Dentro del mundo teórico ‘indepe’ es de los pocos que afina mucho en sus argumentos. En este caso, discrepo. El largo reinado de Isabel II no se caracteriza por un acercamiento al pueblo. Nada raro en las monarquías, por otro lado. En realidad es el pueblo el que se ha acercado a ella, con esa mezcla de cotilleo, curiosidad y devoción que resumía muy bien el otro día en ‘Els matins’ Albert Om«Isabel II es como un ‘souvenir’. Es como tener el póster del Che Guevara, pero al revés».

Efectivamente. Lleva tantos años en el cargo, y con tan inamovible presencia –y no solamente estética– que ha devenido es una especie de icono, una reliquia, una rareza. Viendo esta mañana en la tele la pintoresca ‘parada’ de Londres a mí me ha recordado aquella ilusión de cuando iba al Tibidabo a ver el museo de autómatas. Esta continuidad inalterable la sintetizó muy bien lord Balfour, primer ministro con Eduardo VII: «Vale más hacer una cosa absurda que se ha hecho siempre, que una cosa sabía que no se ha hecho nunca». Por eso los ingleses siguen conduciendo al revés de todo el mundo: por la izquierda.

En la que para mí sigue siendo la mejor síntesis de la historia de Inglaterra, la de André Maurois, se señala con precisión la condición existencial que consagró el vizconde de Bollingbroke: «Recordad siempre que somos vecinos, pero no parte del continente». O sea, y en clave de ahora, el apoyo ‘sotto voce’ de Isabel II al Brexit. Por eso la primera ministra Theresa May se atrevió a declarar a la cadena BBC: «Isabel II quiere estar informada, pero en el tema Brexit no está siendo afortunada».

Los 70 años de Isabel II en el trono son 70 años impertérritos. Ese es su atractivo. Estoy de acuerdo en una cosa con TV-3: el emérito Borbón, a su lado, parece una broma. Delirante y pésima.

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