Agradabilísima sorpresa la que nos deparó el estreno en La 2 de 'Atlántico', una serie documental muy por encima de la media, en la que Daniel Landa, partiendo de Finisterre, tratará de llegar hasta los confines de Sudáfrica. Sobre si lo consigue, teniendo en cuenta que mediado el rodaje al equipo le sorprendió la pandemia, iremos conociendo detalles a lo largo del camino.

Por de pronto, en la primera etapa, rodada en la península ibérica, nos encontramos con detalles que no pasan inadvertidos al antropólogo, como el hecho de tener la sensibilidad de captar las festividades populares como no lo habían hecho las cámaras de televisión desde hace mucho tiempo. La ruta nos acercó e invitó a vivir desde dentro tres eventos singulares: en Galicia, la Rapa Das Bestas y la Romería de Santa Marta de Ribarteme, en la que los participantes portan ataúdes dentro de los cuales transportan a los penitentes. Más tarde viajamos hasta la aldea del Rocío y vimos el salto de la reja y la romería de la Virgen vestida de Pastora.

A falta de que se aborde de una vez por todas una serie documental que inventaríe con rigor y con los medios técnicos disponibles en la actualidad el impresionante legado lúdico festivo con que cuenta la geografía nacional, bien está que proyectos que no están planteados para este fin nos lo aproximen con respeto y a modo de aperitivo. Por lo demás, Atlántico, que en su primera entrega también se detuvo en Lisboa, es una belleza que promete más de lo que da, de la que merecerá la pena estar muy pendientes. Acompañando a Daniel Landa desde una Madrid acogedor donde nadie es forastero hasta los paisajes más recónditos en los que alcanzar la cada vez más ansiada serenidad.