Como buen amante del humor y lo macabro, Tim Burton ansiaba desde hace tiempo jugar con 'La familia Addams', antes que nada unas viñetas de Charles Addams para 'The New Yorker', pero conocida sobre todo como teleserie de los sesenta y saga fílmica de los noventa. Era Burton quien iba a dirigir la primera película a partir de un guion de sus colaboradores Caroline Thompson ('Eduardo Manostijeras') y Larry Wilson ('Bitelchús'), pero para cuando el proyecto acabó de ponerse en marcha ya estaba ocupado con 'Batman vuelve'. Y la película de animación 'stop-motion' que se anunció en 2010 nunca llegó a ser realidad. 

Con la teleserie 'Miércoles' (Netflix, desde el próximo miércoles, claro), que él mismo ha desarrollado con Alfred Gough y Miles Millar (tándem de 'Smallville'), Burton se arranca la espina y se divierte imaginando las aventuras adolescentes de Miércoles Addams (Jenna Ortega) en el internado Nunca Más, donde se conocieron sus padres, los eternamente enamorados Gómez (Luis Guzmán) y Morticia (Catherine Zeta-Jones).

Como en cualquier instituto, la escena social se divide aquí en grupos claramente diferenciados, cada uno con su estética, código moral y odios. Como en ningún otro instituto, aquí esos grupos son los Colmillos (vampiros), Pieles (licántropos), Pedruscos (gorgonas) y Escamas (sirenas). A la monocromática Miércoles le toca repartir su habitación con una licántropa amiga del color, el k-pop y los buenos cotilleos, Enid Sinclair (Emma Myers): la 'gossip girl' del extraño lugar. 

Por si aguantar a su compañera no fuera suficiente, Miércoles tendrá que lidiar con sus poderes psíquicos (últimamente sufre visiones que la asaltan como una terapia de electrochoque), resolver una serie de crímenes en el cercano pueblo de Jericó y averiguar los secretos del asesinato que salpicó a sus padres veinticinco años antes. Su mejor e insólito aliado es Tyler (Hunter Doohan, de 'Your honor'), un joven cuyo único poder (nada desdeñable) es hacer buen café como barista.

Pero también está la directora Weems (Gwendoline Christie, Brienne en 'Juego de tronos'), cuyo vínculo con Miércoles acaba trascendiendo los límites de la relación entre maestra y estudiante. "Es algo complicado e indefinible", nos explica Christie por videollamada. "Weems es una mujer con poder y esta estudiante la está forzando a mirarse en el espejo y cuestionar su propia moralidad. Es algo que no ha debido pasarle antes. Me ha encantado trabajar con Jenna Ortega para construir esta rara relación entre ellas dos". 

Miércoles con nuevos matices

Algunos se preguntarán si después de dos encarnaciones tan icónicas (la de Lisa Loring en la serie original y Christina Ricci en las películas) hacía falta revitalizar a Miércoles. Quienes han seguido la carrera de Jenna Ortega (en series como 'Jane the Virgin' y 'You', o películas como 'The fallout', la última 'Scream' y 'X') saben que pronto podríamos hablar de tercer icono gótico. 

Además, según la propia actriz, tener ocho horas para desarrollar a Miércoles, cuatro de ellas dirigidas por Burton, marca una diferencia respecto a las películas. "Al pasar tanto tiempo con el personaje, puedes ver variedad en la expresión y la emoción", nos explica. "De lo contrario todo se haría enseguida bastante aburrido. Ya no es solo la chica que dice frases cortantes con las que todo el mundo se ríe. Podemos observar sus procesos de pensamiento y ver cómo a veces puede llegar a sentirse incluso incómoda". 

La propia Ricci pasó por el rodaje para interpretar a la Srta. Thornhill, supervisora de dormitorios de Nunca Más. Pero no para dar consejos a Ortega: "En realidad no hablamos de Miércoles en sí misma ni una sola vez. Tratamos de evitar su nombre. Para mí la suya y la mía son casi como dos personas distintas; al fin y al cabo, hablamos de diferentes realidades, épocas, edades".

Otra persona que confió en el criterio de Ortega fue Burton. 'Miércoles' es una obra burtoniana al cien por cien (y eso significa, albricias, la presencia de Colleen Atwood como diseñadora de vestuario), pero autor no tiene por qué rimar con autoritario. "Recuerdo que iba a su caravana por la mañana para repasar el guion y que le dijera qué me gustaba y no", dice la actriz. "Estaba preocupado por si me sentía incómoda diciendo algo. Nunca me he comunicado tanto con un director. Y, en realidad, fue todo idea suya".