Antes de empezar los Juegos, pronosticadores y quinielistas se aventuraron a hablar de más de una treintena de opciones de medalla y del sueño de pulverizar el récord de Barcelona (22 podios), con el ferviente deseo de que gran actuación en Tokio confirmarse la actualización y avances del deporte olímpico español. Pero no contaban con los contratiempos.

De los grandes aspirantes al oro, que aún se resiste, se cayó por una grave lesión Carolina Marín; decidió no viajar Rafa Nadal, que habría protagonizado un espectacular mano a mano con Djokovic en las pistas del Ariake Tennis Park; causó baja por un inexplicable positivo en covid el campeonísimo John Rahm y el miércoles falló Nikoloz en judo. Los nervios le jugaron una mala pasada al judoka nacido en Georgia y criado en España, y su desconsuelo todavía dura.

Llegados a este punto, pudiera parecer un milagro que la delegación nacional alcance la tan ansiada veintena en el medallero el día de la clausura. Pero todavía es posible, sobre todo si responde la vela. Solo ausente a su cita con los podios en dos ocasiones desde Montreal 76, el deporte de las regatas está respondiendo con notable alto. Y son varias las embarcaciones que van cogiendo color de medalla.

La regularidad de Joan Cardona en la clase Finn, los dos 470, la clase mixta y también los 49er son aspirantes claros. Si la vela sale al rescate de España, entonces sí podría salvarse la crisis de medallas. Además, este viernes es crucial para asegurar dos metales en boxeo (Jalidov y Reyes Plá) y aún quedan los deportes de equipo. Es en las modalidades colectivas donde España es superpotencia -primer país europeo en número de conjuntos clasificados- y ahí los puestos de podio se reparten muy al final.

El cuadro en fútbol se ha quedado más que propicio para emular el título olímpico de los Kiko, Guardiola y compañía. Si entonces fue contra Polonia, esta vez tiene pinta de final contra Brasil si los pronósticos se cumplen. Mientras, tanto baloncesto como waterpolo, hockey o balonmano siguen con opciones intactas. Y en algunos casos hasta por partida doble (torneo masculino y femenino).

Así pues, hay esperanzas para salvar los Juegos Olímpicos. Más todavía porque aún no ha entrado en acción el karate, deporte de resultados previsibles donde se esperan dos alegrías con Damián Quintero y Sandra Sánchez. No hay por qué imantar el pesimismo, aunque tampoco esconder que deportes como el judo o el ciclismo no han estado a la altura. El jueves, la atención estuvo puesta en Kasai, donde ya tenía un mérito enorme la condición de finalistas de los dos remos sin timonel. Se esperaba máxima igualdad, pero no la hubo. Sin opciones, los españoles sumaron un par de diplomas más. Se busca oro en Tokio.