No debe extrañar a nadie que internet cree adicción en algunas personas. Todas las novedades que triunfan crean adictos, o quizá es, también, el fenómeno contrario: todo lo capaz de crear adicción termina imponiéndose. Un estudio del departamento de Psicología de la Universitat de Girona afirma que un 5% de los internautas sufre transtornos por abuso de la red.

Prácticamente la mitad de los usuarios se concentra en una franja de edad muy estrecha: 20 a 24 años. A partir de los 25, la cifra cae en picado, sólo un 9%. La explicación más satisfactoria sería que a esa edad la conexión se hace sobre todo por razones de utilidad, porque internet es útil, informativa y profesionalmente; por el contrario, en la adolescencia se tiende a querer explorarlo todo. Una explicación menos tranquilizadora sería que los mayores de 25 años se conectan poco porque cuando eran críos la red todavía no estaba a su alcance y no fueron marcados por la adicción.

Las sucesivas innovaciones en el campo de la comunicación siempre han sido vistas como peligrosas: la imprenta favoreció la lectura, e incluso he oído decir que "leer tanto no puede ser bueno"; después le tocó al cine; cuando apareció la televisión, se dijo que acabaría con el cine y la lectura. Ahora hay quien pronostica que internet anuncia la decadencia de la televisión.

Pero junto a las ventajas de su utilización están los casos de abuso patológico de cualquier medio válido --el del teléfono continúa--. Y es cierto que el abuso de internet es particularmente negativo porque, como ha dicho la psicóloga Susanna Giménez respecto de los adolescentes, "el chat les permite escapar de la realidad". Oriol Esculies, del Proyecto Hombre, comentó a la periodista Marta Ciércoles que "las llamadas o la participación en chats a través del móvil sustituyen la comunicación personal cara a cara". Y esto es grave.

Aislarse con internet es fácil. El trato con personas reales, en cambio, nos compromete por lo que decimos o dejamos de decir. El problema no es la red. El problema son nuestros problemas.