He reiterado mi oposición a la prepotencia americana y a la muerte de inocentes, escribí No a la guerra mucho antes de que esta expresión estuviera de moda, por lo que no soy dudoso de belicista. Pero no debemos engañarnos, se lucha contra el dictador Sadam Husein, claro ejemplo de alterado mental dirigiendo destinos humanos, de un modo totalitario, traumatizado por una infancia desgraciada, activista especialmente violento que intento asesinar al presidente de su país y fue condenado a muerte en ausencia, tiene cinco hijos, el mayor de los cuales mató a tiros a un asesor de su padre porque le contradecía, este le cae bien, no tuvieron tanta suerte sus dos yernos, huidos del país por discrepancias políticas, retornaron con promesas de perdón y fallecieron inmediatamente, como otros tíos y primos.

Le gusta agredir a sus vecinos, en 1979 contra Irán hubo más de un millón de muertos, seguidamente invadió Kuwait generando la guerra del golfo; 5.000 niños mueren al mes de hambre, y sólo el apoyo humanitario de la ONU impide algo peor y las minorías étnicas o religiosas son diezmadas sistemáticamente mientras el señorito importa trajes de París y viagra. En 12 años han infligido 17 resoluciones de la ONU y dice ser descendiente directo de Nabucodonosor, constructor de Babilonia y destructor de Jerusalén. Un loco de remate que mantiene sojuzgadas a 25 millones de personas y amenaza a todo el mundo, cualquiera que sea su religión.

Si quisiera a su pueblo se hubiera ido, ahora lo tiraran a patadas y seguramente su propia gente, que tras este tremendo sufrimiento esperamos que queden en libertad, democracia y calidad de vida. Que la guerra sea lo mas corta e incruenta posible, que no se repita y también no a los dictadores.