Félix Pastor Ridruejo ha dicho lo que seguramente piensan muchos altos cargos del PP, que su Gobierno no debería apoyar tanto a EEUU en la guerra contra Irak, pero no ha hecho lo que hacen los demás miembros de su ejecutiva: callarse.

A día de hoy, el PP es un partido compacto cuyos dirigentes saben que vienen de lo que se llamó "la derecha cainita" y que han llegado hasta la Moncloa porque los votantes aprueban su cohesión. Como además todos ellos consideran que sin Aznar no habrían realizado este viaje, pocos ponen en riesgo su formación política, a la espera de que, como otras veces, al final resulte que Aznar llevaba razón. Pese a la opinión de quien fue padrino del hoy presidente, los populares callarán. Al menos hasta que las urnas les despojen del poder.