El tanque de EEUU que disparó contra el hotel Palestina de Bagdad y mató a dos periodistas está identificado. Hay imágenes del momento en que mueve la torreta y apunta al edificio. Dentro, había un tanquista que disparó, cuya identidad el Pentágono protegerá.

La máquina de la mentira se puso ya ayer en marcha alegando que el tanquista respondía a un ataque de francotiradores desde el hotel, milicianos que nadie ha visto. Pero ni el tanquista ni los políticos y militares de EEUU podrán librarse del peso de la identidad, que les perseguirá de por vida. Estos muertos no son anónimos, condición que suele diluir la culpabilidad en las guerras. Tienen nombre y apellidos, y no es lo más importante que sean periodistas. Se llaman José Couso y Taras Protsyuk.