Las rituales soflamas aberzales tampoco han defraudado las expectativas del Aberri Eguna de este año, incluida una cita bíblica de los peneuvistas que habría sido asumida hasta por Sabino Arana, fundador del partido, muerto hace cien años. El día de la patria vasca constituía esta vez el marco idóneo para dar el pistoletazo de salida de las elecciones municipales del próximo 25 de mayo.

Los nacionalistas volvieron a instalarse en una escalada dialéctica que no parece tener fin en pos de los votos de la izquierda radical, una vez ilegalizada Batasuna, y cuando sus herederos (AuB) pretenden mantener a su electorado sin saber a estas alturas si podrán concurrir a los comicios. Esta descarnada pelea electoral constituye también un test para la viabilidad del plan soberanista de Ibarretxe que impulsa el PNV y que ETA, y lo que queda de su ilegal brazo político, rechazan de plano.

Con todo, harían bien los dirigentes peneuvistas en no perder de vista que las palabras no son inofensivas, y que devaluar el Estatuto de Guernika desde el partido que gobierna el País Vasco en las instituciones emanadas de la norma autonómica es tanto como proclamar la insumisión institucional desde el Ejecutivo de Euskadi.