La situación no es novedosa ni singular, pero sí molesta e inquietante para los afectados. El consumo de droga, el abandono de jeringuillas junto a una escuela o los botellones que denuncian los vecinos de Almassora, se repiten en distintos municipios de la provincia. Es, ni más ni menos, que el pequeño gran problema de cada mañana que hace falta abordar con mayor rigor desde las distintas administraciones responsables.

Las familias que viven en las cercanías del colegio Hermanos Ochando de Almassora están preocupados por la importante presencia de jeringuillas en la calle S¨quia Parra, ubicada entre las calles Sant Mateu y Sant Pere de esta localidad. Asimismo, los vecinos mostraron su preocupación a un redactor de esta casa por el incremento del número de jóvenes que consumen estupefacientes en las cercanías del centro escolar, así como por las ruidosas y nocturnas concentraciones que llevan a cabo.

La seguridad de los pequeños que cada día asisten a las aulas y la tranquilidad de los vecinos debe conjugarse con la libertad de reunión de los jóvenes, siempre evitando el consumo de drogas y alcohol de estos últimos. Ignorar los hechos no es la mejor solución.