os socialistas andan alterados porque la cúpula de la patronal valenciana se ha posicionado al lado de las propuestas electorales del PP. Tienen derecho al cabreo y a protestar por ello, pero resulta alarmante comprobar cómo los políticos (en este caso el PSPV-PSOE) confunden una asociación empresarial con una organización política.

La cúpula empresarial ha faltado a las formas a la hora de hacer su pronunciamiento. Debería haberse entrevistado con todos los candidatos y luego hacer pública su opción, a lo que tienen perfecto derecho. No son correa de transmisión y su decisión es libre, aunque influya en la opinión de otros.

Pero hecha esta apreciación, los socialistas deberían revisar su historia. Cuando Simó Nogués y Jiménez de la Iglesia dirigían la Confederación de Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana y la Cierval consideraban muy adecuada la política económica de Lerma al frente del Consell. Sería por sus relaciones o porque así lo sentían. Si les iba bien, ¿para qué cambiar?

Igual que Ferrando y Virosque optan ahora por la propuesta del Partido Popular. Simplemente porque les ha ido bien con la política económica de

Eduardo Zaplana. La cúpula de la CEC lo tiene aún más claro: si en Castellón ha bajado el paro y ha subido la riqueza, es que nos ha ido bien. ¿Para qué cambiar?