Julián Lago y José Luis Martín Prieto mentaban ayer viejas glorias del cine y la canción. A Lago (La Razón) le llevaba a mal traer el último desnudo de Brigitte Bardot: "Sin pudor alguno, ha pasado del topless de celuloide al toplessstriptease ¿Conclusión? "Que donde esté Carmen Sevilla, por mojigata que nos parezca, que se quite esta pieza arqueológica de la reacción".

El de Martín Prieto (El Mundo) era, claro, otro registro: "Los españoles hemos descubierto hace tiempo el misterio de la vida: la existencia es el interregno que va de la adquisición de una vivienda al finiquito de la hipoteca, y todo lo demás es subsidiario, como el retraso o la inexistencia de la natalidad. Con perspectiva, el gasto de la vida en débitos bancarios produce más melancolía que las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre. Además, el español es dado a invertir en ladrillos en las peores condiciones imaginables, que le rompen el ocio, los viajes, la crianza de los hijos, por garantizarse un futuro geriátrico que siempre y a la postre será el de Imperio Argentina, chuleada por la parentela". Y no le veía solución: si el negociazo urbanístico abona la natalidad cero y las ayudas a la natalidad no resuelven nada, "¿para qué ahorrar? Florentino ya tiene bastante".