n la conferencia de Pujol, organizada ayer en Castellón por el Institut Ignaci Villalonga introdujo una clave importantísima en todo su discurso: ustedes y nosotros. Catalanes y valencianos. Ni una concesión al nacionalismo recalcitrante.

Y construyó sus palabras sobre la actualización de la derecha nacionalista valenciana más avanzada: Villalonga, Reig y Lucía. Catalunya y el País Valenciano constituyen una referencia en España, siempre obviada en beneficio de la política centralista. El mejor ejemplo, como hemos abundado en este periódico, la política radial de infraestructuras. El presidente de la Generalitat catalana insistió en que el agua del Ebro debe ser para todos. Valiente.

El problema de la propuesta que formalizó Pujol es cómo implementar esa demanda que origina la dinámica del eje mediterráneo. En Europa Francia olvida el país que está en la punta de abajo y ni siquiera tiene voluntad de desarrollar el AVE más allá de Lyón. Pero resulta que Castellón también está en la parte de abajo de Catalunya.

Pujol recalcó con razón que es absurdo que el AVE se detenga en Castellón y no llegue el ancho de via europea hasta Tarragona. Pero también podría preguntarse por qué forzó un AVE hasta Madrid por Zaragoza y no por Valencia, con lo que hubiera quedado resuelto el problema de Castellón hacia el norte. A veces Catalunya también mira mucho a Madrid.