La jornada de constitución de los ayuntamientos deparó ayer discursos novedosos, algunas sorpresas en las votaciones de los alcaldes y un puñado de incidentes en el País Vasco, que por desgracia forman parte del guión. En un ambiente político marcado por la deserción de dos diputados del PSOE de la Asamblea de Madrid, la normalidad democrática se impuso ayer --con algunas contadas excepciones-- y los juegos de pactos para crear mayorías sólidas en los consistorios funcionaron sin demasiadas estridencias.

En la provincia de Castellón, el toque más llamativo se produjo en Benic ssim, donde los hermanos Asín rompieron la disciplina de voto del PP y así dieron la alcaldía al socialista Francesc Colomer. El pacto del PSOE con independientes de derechas dieron como fruto que Salvador Górriz (PSOE) sea alcalde en Nules, y que el independiente Javier Balada (PVI) retire de la alcaldía de Vinar²s al popular Jacinto Moliner.

En Euskadi, ETA quiso dejar su sello colocando una bomba en Bilbao, que fue desactivada, mientras Batasuna protagonizaba algaradas tratando de encontrar en la calle el hueco que ha perdido en los salones de plenos.