Me ha sorprendido la rápida descalificación de la propuesta del presidente socialista de Castilla-La Mancha, José Bono, para construir nuevas autopistas financiadas por un peaje que pagarían los forasteros, mientras que para los manchegos sería gratuito. Ésta es una buena noticia para muchos ciudadanos, ya que va en la línea de que en España haya también una red de autopistas de peaje. Para llegar a un modelo español de carreteras no discriminatorio, es necesario que en algunas comunidades autónomas haya más autovías gratuitas y que en el conjunto de España se incrementen las autopistas de peaje.

La lectura simplista de que haciendo que paguen los de fuera se comete un nuevo agravio para los catalanes podría hacer abortar una propuesta que en los términos actuales es inaceptable pero que pulida es interesante.

Sistemas de peaje discriminatorios para determinados usuarios ya son vigentes hoy en varios puntos de España. Hablamos por ejemplo de la fuerte tarifa que se aplica en el túnel del Cadí.

El caso más grave es la decisión francesa, y pronto la alemana, de financiar las infraestructuras a través de una tasa que grabará el transporte de mercancías por carretera; es decir, que pagarán de forma mayoritaria los camiones que desde la Península quieren llegar a los mercados europeos, sin que España lo aplique a los camiones de procedencia europea.

Nosotros ya hemos dicho que estamos en contra de propuestas unilaterales, pero que cuando lo dicte la UE, estimularemos, vía tasas, el traspaso de mercancías de la carretera al ferrocarril.