La ciudad de Castellón fue ayer un alegre y vistoso lugar de encuentro de las distintas manifestaciones y actividades lúdicas que se desarrollaron durante toda la jornada. Desde el recorrido urbano por las calles de la capital en busca de los ancestros de la ciudad por el barrio Rafalafena, pasando por la fiesta popular de la Trinidad, el paso por el manto de la Virgen de las niñas y niños de la primera comunión, las paellas organizadas por la Asociación de vecinos del barrio Primer Molí o la recepción a las Bellees del Foc, quedó de manifiesto el espíritu ciudadano de las decenas de castellonenses que salieron a la calle para participar en los diferentes actos convocados. Las imágenes de ayer domingo que recoge este periódico son una muestra indiscutible de la vitalidad de sus gentes y del dinamismo social que en un día como el de ayer fue capaz de expresarse en los distintos ámbitos ciudadanos que dan fuerza al verdadero tejido social de Castellón. El movimiento social y vecinal está, pues, de enhorabuena, ya que la participación colectiva es un síntoma de fortaleza ciudadana que es precisamente la que ayer se pudo ver y comprobar al recrear en las distintas manifestaciones populares el ímpetu de una colectividad que cree en sí mismo y en sus posibilidades como pueblo.