Desde que estoy sola me están ofreciendo mejores papeles", decía el año pasado Nicole Mary Kidman (Honolulú, Hawai, EEUU, 20-6-1967), actriz criada y recriada en la australiana ciudad de Sydney. Se refería, claro, a su situación afectiva a raíz del divorcio de Tom Cruise en el 2001, después de 11 años de matrimonio. Y la verdad es que no para de actuar y de ganar premios, incluido el Oscar por su interpretación en Las horas, de Stephen Daldry, encarnando a la escritora Virginia Woolf.

Ahora, en Nueva York, se ha estrenado Las mujeres perfectas, una película dirigida por Frank Oz, en la que se aleja de los últimos dramas (aún reciente su exhibición en Dogville, de la mano del "déspota" genial Von Trier) para incidir en la comedia. Entre sus compañeras de reparto figuran nada menos que Glenn Close y Bette Midler.

Aquella pelirroja a la que apodaron Storky (especie de cigüeña de Australia) por su físico alargado, que llamó la atención en Calma total (1989) y se consagró seleccionada para el Oscar en Todo por un sueño (1995), se ha convertido en la primera estrella del firmamento hollywoodiense. En revistas especializadas ya aparece desbancando en la taquilla a Julia Roberts, y tan sólo superada por el singular rey de las muecas Jim Carrey (sobre gustos no hay nada escrito, especialmente en los Estados Unidos de América).