Mientras desde el Villarreal se empeñan en dar como cerrada la plantilla, Manuel Pellegrini, la nueva apuesta en el banquillo de Fernando Roig, se encargaba de decir a su llegada a España, que todavía queda tiempo para completar el equipo. En clara referencia a que todavía confía en la llegada de un refuerzo, como mínimo. Y tampoco se cortó al declarar que espera transmitir un poco más de agresividad al Villarreal. Con ello, se supone que tras tragarse los vídeos de todos los partidos del Submarino, se habrá dado cuenta de la principal carencia del equipo amarillo. La fama de blandengue que persigue al Villarreal desde hace varios años no se le ha escapado al perspicaz técnico chileno. Sin duda, tonto no es el tal Pellegrini, ahora falta que sea un buen entrenador. Dicen que es muy serio, no lo dudo, pero la seriedad no se demuestra solo no riéndose.