En el Pleno de la Diputación del pasado mes de febrero, hace ya por tanto cinco meses, pregunté al señor presidente por las previsiones turísticas para el verano en el conjunto de la provincia, preocupado como estaba ante las noticias aparecidas en diferentes medios de comunicación, que indicaban una clara regresión del número de reservas turísticas efectuadas para los destinos castellonenses. En aquel momento, el señor Fabra me respondió utilizando el sistema de "matar al mensajero", acusándome por el hecho de hablar del tema y citar en público dichas cifras negativas, acusándome poco más o menos de tener yo la responsabilidad si esas cifras negativas llegaban a la opinión pública. Al mismo tiempo, el señor Fabra negaba la realidad de las cifras que yo había aportado, afirmando que él tenía informes de gran fiabilidad que aseguraban todo lo contrario, un incremento sustancial del número de plazas hoteleras apalabradas. Todo menos responder a mi pregunta, clara y sencilla: "¿Qué previsiones se han hecho desde el equipo de gobierno de la Diputación o desde el ´Patronat de Turisme´ para salir al paso de los problemas que esta disminución podría suponer?".

Ahora, por desgracia, cinco meses después, el tiempo me está dando la razón. Y ojala no fuera así, pero lo es. Ahora ya es la misma Cámara de Comercio la que manifiesta su "inquietud" por las previsiones turísticas negativas para este verano; y supongo que el señor Fabra no querrá hacer responsable a la Cámara de esta situación negativa, como me quiso hacer a mí en su momento. Y, ante noticias aparecidas en los medios de comunicación, afirmando que "la ocupación en la costa durante el mes de julio cae en un 10 por ciento", des del Bloc no podemos permanecer indiferentes, y tenemos la obligación moral de exigir responsabilidades y, sobre todo, soluciones rápidas y eficaces.

Des del Bloc nos hemos cansado de repetir en los últimos años que el turismo de sol y playa es manifiestamente insuficiente para retener a los turistas en nuestra provincia, atraídos como están por ofertas iguales o superiores en lo que se refiere a clima favorable y al estado de las playas. Con el solo sistema de sol y playa, difícilmente podremos competir con destinos como la costa dálmata de Croacia, con Túnez o como Turquía y desde luego no con un Caribe que ofrece precios reventados, y más aún con el actual cambio existente entre el dólar y el euro. Por lo tanto, o ofrecemos alternativas aceptables, turismo cultural, ecológico, potenciación del interior de la provincia, parajes naturales visitables, recuperación de los monumentos y museos más representativos; y si no ofrecemos unas infraestructuras adecuadas y económicamente competitivas, de nada valdrá esconder la cabeza bajo el ala, como las avestruces, y empeñarse en negar la evidencia, como pretende hacer el señor Fabra. Necesitamos un impulso valiente y decidido para cambiar y mejorar nuestra oferta turística, o correremos serio peligro de perder el tren del nuevo turismo del siglo XXI.