Lo peor que tienen algunos instrumentos de la democracia es su utilización torticera, ya que siempre suponen una deslegitimación de los usos democráticos, casi siempre en beneficio de intereses espurios, que poco tienen que ver con el buen gobierno y mucho con las ambiciones personales o políticas de quienes los usan.

Es lo que se puede entender con la poco explicada moción de censura contra Francesc Colomer, el alcalde de Benic ssim. Digo poco explicada porque nadie ha expuesto con claridad cuáles son las responsabilidades políticas que se le pueden exigir al actual equipo de gobierno, teniendo en cuenta que este fundamento político es esencial en cualquier moción de censura.

Pero vayamos al diccionario, ese gran libro capaz de despejar muchas de nuestras inquietudes lingüísticas. Según éste, moción es la acción de mover, moverse o ser movido, y censura es la corrección o reprobación de una cosa. Por lo cual podemos admitir que moción de censura es mover a alguien del puesto que ocupa como reprobación de algo que ha hecho. Preguntas, ¿hay una situación de manifiesto mal gobierno en Benic ssim? ¿Acaso la corrupción ha invadido el edificio municipal? ¿Se está gobernando tan despóticamente desde el Ayuntamiento que se debe actuar con inmediatez? Hasta la fecha nada de esto se ha oído. Sin embargo, la moción de censura planea en el horizonte.

Es lícito que los partidos quieran gobernar, para eso están y para eso les votamos, pero el acceso al gobierno no sólo ha de ser legítimo, también tiene que ser éticamente intachable y si es cierto que el coaligarse es necesario y saludable para gobernar, hacerlo simplemente para desbancar al contrario o para alcanzar objetivos que tiene que ver más con ambiciones personales de ciertos líderes si que es reprobable y en cierto sentido, vergonzante para la democracia. Ambiciones que en el caso de Benic ssim son muy altas. ¿Estaría ARB estudiando plantear junto al PP una moción de censura si no se hubiera ofrecido la alcaldía a su líder? ¿Y si hubiese sido el PSOE el oferente? Es lo que pasa con los partidos que juegan al mejor postor, que nunca se sabe.

Decía Sócrates que la buena conciencia es la mejor almohada para dormir, esperemos que los militantes de ARB actúen de manera que no tengan problemas para conciliar el sueño.