La mayoría conservadora del Poder Judicial (CGPJ) ha decidido ocupar los cargos gubernativos de la carrera judicial y los jurisdiccionales de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS). La gestión del magistrado Guillem Vidal como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha sido impecable. Para muchos un referente profesional. Sin embargo, no se le quiere renovar por ser progresista.

En la Sala Penal del Supremo, la plaza que deja Conde Pumpido, juez progresista, será ocupada por un conservador. Se han cerrado todas las puertas a varios magistrados por exclusivas razones ideológicas. Es el cuarto nombramiento para esta Sala. El resultado está cantado: cuatro a cero a favor de los conservadores. Sin noticias del pluralismo y del consenso.