Entre el suelo y el cielo... recordando una canción del pop español empezaba Francesc Colomer una opinión vertida en este rotativo sobre el significado del Desierto de Las Palmas para el ciudadano provincial de Castellón, como paraje, y dentro de él lo que representa la Comunidad de Carmelitas Descalzos.

Los acontecimientos vividos en las últimas semanas, con el cambio del gobierno local de Benic ssim, aconsejan prudencia, siguiendo cierta norma política; o bien aprovechar el momento para no caer en desgracia, siguiendo cierta norma diplomática. Guste o no guste, no es así como actuamos o nos relacionamos los frailes del Desierto.

Nuestro concepto de la vida nos lleva a crear un estilo de relaciones personales tal que aúne la palabra con la acción. Desde esa perspectiva, Francesc Colomer ha quedado grabado en la historia del convento con letras de oro. Significa esto que nadie, en los tiempos actuales, ha hecho coincidir la palabra y los hechos con mayor fidelidad. Prueba de ello es el inicio de las nuevas relaciones institucionales desde la responsabilidad municipal, que han llevado al Ayuntamiento de Benic ssim a firmar un convenio de colaboración económica con la Comunidad de Carmelitas Descalzos del Desierto de Las Palmas.

¿Cuáles son los valores, lo que merece la pena destacar, en esta nueva relación institucional que ha empezado el alcalde Colomer? En primer lugar, descubrir la falacia de reducir el Desierto a un mero patrimonio natural que hay que cuidar. Su afirmación de que todo el mundo atesora alguna experiencia con el Desert demuestra que este sitio es mucho más que una montaña costera. En segundo lugar, el hecho de incluir a la Comunidad de Carmelitas Descalzos en el Foro de participación ciudadana es señal de que trescientos años de presencia silenciosa, humilde y ejemplar no han pasado en balde. Parafraseándole, nosotros también somos Benic ssim.

Esa carta de ciudadanía no ha sido siempre reconocida por pertenecer al ámbito eclesial. Sin embargo, en momentos cruciales para el Desierto de Las Palmas, ha sido reconocida y agradecida su presencia benéfica por parte de la sociedad castellonense entre la que nos encontramos inmersos. Tal relación de colaboración mutua, sin otro interés que el bien de las personas y el crecimiento del diálogo, de la verdad y del encuentro, ha sido renovada por Colomer en su corto período como alcalde de Benic ssim.

La comunidad del Desierto, pues, se ha sentido protegida y valorada como generadora de cultura espiritual, una vez más, por la sociedad de su entorno.

Saber decir gracias significa: Gracias, Francesc, por tus palabras y también por tus hechos concretos de gratitud y confianza a esta comunidad; siempre nos tendrás con las mismas "coordenadas de compromiso" para que puedas, como lo han percibido otros alcaldes de nuestra democracia, sentir el cuidado y la protección de los muros naturales y espirituales de los frailes del Desert.