La consellera de Agricultura, Pesca y Alimentación, Gema Amor Pérez, se ha convertido en una de las protagonistas de este verano en la Generalitat Valenciana por su lucha para frenar la entrada de plagas a través de cítricos importados desde terceros países.

Amor, nacida hace 30 años en Benidorm, y licenciada en Derecho por la Universidad de Alicante en 1995, se ha eregido en la principal instigadora de una campaña frente al Ministerio de Agricultura que pretende replantear los análisis y controles fitosanitarios que se realizan en España y, por extensión, en la Unión Europea.

Después del boicot del que fueron víctimas los citricultores castellonenses y valencianos en Estados Unidos, que obligaron a replantear el protocolo de exportación hacia territorio norteamericano, la Conselleria de Agricultura se ha puesto de parte de los productores y está promoviendo una campaña exigiendo la misma medicina al resto de países que exportan cítricos. La detección de repetidas plagas en la fruta importada en España ha sido la mejor prueba de los riesgos que existen para el campo castellonense.

De talante dialogante pero de carácter y convicciones firmes, la consellera de Agricultura tiene ahora una nueva oportunidad, tras un primer encuentro de cortesía, para replantearle este problema a la ministra Elena Espinosa en una reunión que ya tiene fecha.