Cuando un pueblo quiere caminar hacia un futuro mejor y no olvidar sus raíces, no debe renunciar a lo que tiene derecho. Digo esto por la polémica que se ha levantado por quien todos ustedes conocen, que "defendiendo" sus derechos sepulta los de los demás. El valenciano es una variante de la "parla" de las huestes venidas de Lleida en el siglo XIV. A lo largo del tiempo, su adaptación en nuestra Comunidad Valenciana de las distintas formas de habla han derivado en el valenciano. El Estatuto, desarrollando la Constitución, proclama como lengua co-oficial al valenciano. Esta denominación no nos la pueden borrar con una especie de chantaje al Gobierno. No olvidemos que renunciar a nuestra identidad es renunciar a un trato diferenciado en la UE, que es lo que quiere acaparar el "chantajista" de moda.