La noticia es fantástica. Un hombre se acerca a un puesto de control en Israel con un violín en las manos. El policía mira sus papeles, como es comprensible, pero le pide otra cosa: que toque el violín. Quizá sería más lógico inspeccionar el instrumento, pero no: quiere oír al violinista en acción. Quizá el policía es aficionado a la música, y el miniconcierto le ayudará a relajarse después de horas de tensión.

Hace años, poco después de un terrible atentado terrorista, yo viví en el aeropuerto de Tel-Aviv un registro minucioso de mi equipaje. Incluso me pidieron que abriera mi cajetilla de tabaco de pipa y lo removieron con los dedos para descubrir si había algo escondido dentro. Actuaron con mucha amabilidad y les agradecí la seguridad que este rigor proporcionaba.

Una chica llevaba una máquina de retratar. Un policía le pidió, por favor, que le dejara hacerle una foto, a ella, sí. La chica no entendía por qué. El policía, sonriendo, le cogió la máquina y le pidió que también sonriera. Clic. "Gracias", dijo a la chica. Había comprobado que la máquina, efectivamente, servía para hacer fotos y no era otro aparato peligroso y camuflado.

Todo aquello me pareció razonable, en aquellos momentos. Pero lo del violinista a quien se le exige que toque el violín... Espero que sólo haya sido un capricho del controlador de papeles para amenizar los trámites de la entrada. Porque si este protocolo de funcionamiento se convierte en moda --y peor aún, en obligación-- el paso de la gente por un control será un espectáculo.

Quien vaya con zapatillas deportivas no sólo tendrá que mostrar que no esconde nada en ellas, sino que será invitado a hacer un par de esprints ante el guardia. Quien lleve un cepillo de dientes tendrá que lavárselos allí mismo. Si alguien lleva un libro en el bolsillo, será obligado a leer una página en voz alta.

A mí me encontrarán una pipa en la bolsa y, sin hacer caso del letrero prohibitivo, tendré que encenderla y hacer unas buenas caladas, y mandar el humo a la cara del poli para que quede bien convencido.