Izquierda Unida (IU) seguirá teniendo de coordinador general a Gaspar Llamazares Trigo (Logroño, 28-11-1957), pese a su división y descoordinación. En sus cuatro años al frente del timón, este médico --hijo de médico y asturiano de crianza y adopción-- no ha conseguido enderezar el rumbo perdido en la etapa de los Frutos y los Anguita. Precisamente el retroceso en las elecciones legislativas del 14-M (IU pasó de ocho a tres diputados) ha originado la asamblea federal extraordinaria que culminó ayer en Madrid. Tímido y escaso de carisma, aunque profundamente solidario con los más necesitados de la sociedad, Llamazares se afilió al PCE después del golpe fallido de Tejero el 23-F de 1981. Había estado haciendo un curso de medicina social en Cuba y dudaba en si enrolarse o no en el sandinismo nicaragüense. "Yo, como entré muy tarde en el PCE, nunca llegué a creer en la ortodoxia", ha explicado en alguna ocasión, consciente de que su comunismo tiene poco que ver con los que sienten nostalgia de la hoz y el martillo. Intenta marcar diferencias con el PSOE, pero apenas lo consigue.