A pesar de la encendida polémica sobre el valenciano y la intromisión de agentes externos en la política valenciana, lo cierto es que la vida sigue y que correremos el riesgo de quedar relegados, una vez más, a ser una autonomía de segunda en vez de nacionalidad histórica que es lo que nos corresponde por derecho propio. Veamos.

Argumentaba el president Camps en el congreso del PP que nadie, salvo los propios valencianos, debe decidir sobre la naturaleza de nuestra identidad y sobre nuestros asuntos; y que ante las negociaciones del PSOE con ERC quedábamos en una situación de desamparo total. Esto en otras latitudes se hubiera interpretado como una llamada a la desobediencia civil, cuando no a la independencia respecto al Estado Español, que era lo que parecía que pidiese nuestro president las pasadas semanas. Nosotros no vamos tan lejos.

Estamos totalmente de acuerdo con nuestro president en que nuestros asuntos debemos decidirlos nosotros, pero desde una posición de seriedad y serenidad. Porque en esto, más que tirarse de la moto y aparentar ser más valencianista que nadie, hay que proponer y hacer cosas concretas. Recodemos aquello de obras son amores y no buenas razones. Y estas cosas concretas deberán plasmarse en la reforma del Estatut que debemos decidir en breve. Ahí es donde se verá realmente el grado de compromiso con la sociedad valenciana de cada uno.

Por todo ello, desde el Bloc Nacionalista Valenci planteamos propuestas concretas para el nuevo Estatut. Como el uso y promoción de nuestra lengua propia; como la regulación de la política del agua; la ordenación de la inmigración; el concierto económico; el incremento de las competencias de la policía autonómica; la posibilidad de configurar el Tribunal Superior de Justicia Valenciano; la participación con nombre propio en instituciones y organismos internacionales en aquellos asuntos que nos afecten directamente (protocolo de Kioto, agricultura, etc).

Y por supuesto el refuerzo de la figura de nuestro president, en cuestiones como la capacidad de disolución de las Cortes Valencianas o la eliminación de las figuras de delegado y subdelegados del Gobierno y asunción de sus responsabilidades por parte del máximo responsable de la Generalitat Valenciana. Sobre estos temas es sobre los que hay que definirse y tener una postura clara. No confundir a la gente con debates absurdos que no llevan a nada más que a la crispación general. Y es sobre estos temas respecto a los que el Bloc no tenemos ningún complejo en hablar y en defenderlos allá donde haga falta y cuándo haga falta. Sin necesidad de Carod, Acebes ni Moratinos de por medio.