Merecida para el obispo de la diócesis de Tortosa, Javier Salinas, a la que pertenecen varias localidades de la provincia de Castellón, por defender la libertad de la Iglesia sin ningún tipo de radicalismos que derive en una profunda confusión. Entre las defensas del prelado destacan la libertad religiosa con un respeto por la concepción ideológica en función de la religión. Una fórmula que se basa en no crear tensiones entre la Iglesia, los fieles y el resto de la sociedad.