Picante para el conseller de Agricultura de Cataluña, Antoni Siurana, por la decisión de su Gobierno de impulsar un proyecto en las comarcas de Tarragona limítrofes con Castellón para llevar agua del Ebro para el regadío. Siurana, con premeditación y alevosía, ha dejado claro que este plan presentado el lunes cierra las puertas a cualquier posible trasvase a Castellón. Con esta actitud, los catalanes demuestran una vez más su escasa solidaridad con sus vecinos del sur.