Nadie debería considerar el resultado del referéndum del día 20 como aceptable después del elevado índice de abstención habido, y por el que tendrían que responder los partidos, sin dejarse llevar por valoraciones triunfalistas que lo único que producen es sonrojo, por ni decir risas, en el electorado.

Es cierto que el PSOE ha hecho una valoración triunfalista del resultado a favor del "Sí", pasando por alto la baja participación, o matizándola más como un contratiempo que como un varapalo. Pero tan bien es cierto que su apuesta clara por el "Sí" ha sido correspondida por gran parte de su electorado, teniendo en cuenta las condiciones de una consulta en la que todo el mundo sabía el resultado de antemano. Quizá sea el único partido de los del "Sí" que no ha tenido fugas hacia el "No", tal como ha sucedido con los partidos del nacionalismo moderado.

No son fugas hacia el "No" lo que ha habido en el ámbito electoral de la derecha nacional. La ambigüedad del mensaje, el "vosotros a votar lo que sabéis, y yo a votar sí" del presidente provincial de PP en Alicante, la articulación de un discurso que presentaba al presidente del Gobierno como responsable de la alta abstención, en un partido deseoso de venganza electoral; el "Sí" pero "No" de muchos de sus dirigentes, o el "No" claro de su todavía líder J.M. Aznar; el tomarse el referéndum en clave exclusivamente electoral, y el reagrupamiento, cada vez más claro, de la derecha radical del PP en torno a determinados líderes e ideas, contraria como toda la extrema derecha europea al Tratado Constitucional, han llevado a que en los distritos de Castellón, Valencia o Madrid más conservadores el "No" haya cosechado cifras parecidas a las del País Vasco y Cataluña, donde hay fuerzas de importante implantación política que lo pedían y que muchos de sus votantes hayan hecho mutis electoral. Esa esquizofrenia que ha vivido el Partido Popular en las últimas semanas, les ha conducido a no poder apuntarse la victoria del "Sí" también como suya propia, infravalorando el resultado del referéndum, en su todo vale contra Zapatero, hasta llegar a declaraciones tan fuera de honda como las del presidente de la Generalitat: "El PP ha ganado claramente al PSOE en al urnas", quizá el Sr. Camps no se ha enterado que ambos partidos, en esta ocasión, estaban en el mismo bando, y que lo que ganara o perdiera uno valía para el otro.

Decía Charles de Gaulle que "la gloria se da sólo a quienes siempre la han soñado". Puede que el insomnio que produce las ganas de vendetta electoral le prive a alguno de esa gloria.