Cada año, una película de Chabrol, por lo menos. Y así lleva más de 50. La dama de honor es el título de la que se acaba de estrenar en nuestras salas. Con esa naturalidad tan insólita en el mundillo del celuloide, Claude Chabrol (París, Francia, 24-6-1930) subraya: "He sido incapaz de hacer una obra maestra". Pero ha dirigido muchas interesantes desde la primera, El bello Sergio (1958), rodada con un dinero heredado por su primera mujer, Agn¨s Goute (también estuvo casado con Stéphane Audran, que le dio un hijo). Aunque su padre, farmacéutico, quiso que fuera como él, Chabrol se licenció en letras y se hizo crítico de la mítica revista Cahiers du Cinema, impulsora de la nouvelle vague. El cine americano (su primer artículo, en 1953, versó sobre Cantando bajo la lluvia) y el gran Hitchcock fueron su pasión. De este último le subyugó la intriga: "El género policiaco da mucha libertad". Algunos de sus títulos como Los primos, Las buenas mujeres, Las ciervas, La mujer infiel, El carnicero, Un asunto de mujeres, Madame Bovary, La ceremonia, No va más (Concha de Oro donostiarra) y La flor del mal ennoblecen cualquier filmoteca.