La llegada al Gobierno de España de Rodríguez Zapatero se cumple mañana mismo. Doce meses que han puesto de manifiesto la incapacidad política de un presidente sin convicciones y un Gobierno sin ideas. En definitiva, un año perdido que ha perjudicado gravemente a la provincia de Castellón, que ha recibido un 65% menos de inversiones en esta etapa frente al mandato del Partido Popular en Madrid.

Zapatero accedió a su mandato y tomó posesión del cargo sin un acuerdo de gobierno y sin aclarar los compromisos a los que había llegado con los grupos que le iban a votar, sin dar una respuesta sobre cuáles iban a ser sus prioridades al frente del Ejecutivo. Se limitó a ofrecer su cínica sonrisa a todo el mundo y a decir lo que querían oír cada uno de sus dos socios. Un año después de la investidura, el PSOE sigue sin programa, sin ideas y sin convicciones.

En estos 12 meses, no parece que gobiernan los que tienen la responsabilidad de hacerlo, ya que las cuestiones más importantes (la reforma de la Constitución, la reforma educativa, la reforma de los medios de comunicación públicos...) se encargan a otros, a los que parece que saben algo más. En este año de mandato hemos descubierto todos los ciudadanos que, definitivamente, los sabios están fuera del Gobierno.

Por si fuera poco, Zapatero, en vez de mirar hacia delante, se ha sentido más cómodo volviendo constantemente la vista atrás, en una desesperada obsesión por deshacer o paralizar todo lo hecho por el anterior Gobierno de José María Aznar y el Partido Popular, como el trasvase del Ebro, que tanto daño ha hecho al futuro de nuestra provincia; las reformas educativas, las inversiones en infraestructuras... Zapatero está obcecado por reabrir constantemente los debates ya superados durante los años de la transición. La estrategia es bien clara: el objetivo es dividir a los españoles.

Ante la ausencia de unidad, el Gobierno se ha arrojado a los brazos de los nacionalismos, dispuesto a renunciar a todo con el propósito de conseguir y retener cuotas de poder político. El resultado del trabajo de un presidente accidental como es Zapatero es el resurgimiento de las dos Españas, la de los buenos y los malos. El actual presidente del Gobierno sólo aspira a presidir una de estas Españas y para ello nada mejor que aislar absolutamente a la otra.

Los ideólogos del PSOE se han inventado la idea de que ZP ha traído un nuevo talante a la hora de gobernar. La realidad bien ha demostrado que el único talante de Zapatero ha sido poner en manos de ERC y los principales partidos independentistas el futuro de todos los españoles, es decir, en aquellas formaciones políticas que reniegan de un proyecto común y paritario para todos los ciudadanos.

El PSOE, durante su etapa en la oposición al Partido Popular, manifestó tener la solución a los problemas importantes, como la vivienda, la violencia de género o la inmigración. Un año después, el único trabajo del Ministerio de la Vivienda ha sido el de ocultar las estadísticas, mientras el Gobierno se esfuerza en presentar datos positivos en la lucha contra la violencia de género y sus medidas en materia de inmigración se están demostrando un absoluto desastre.

Por último, el Gobierno no ha sido capaz de poner en marcha en este año una sola medida de política económica. Es un Gobierno que vive de rentas, que ve cómo la economía sigue avanzando gracias a la inercia y a la herencia de las decisiones adoptadas en su día por el Partido Popular. Una herencia que está siendo dilapidada por los socialistas a marchas forzadas. Por no hacer referencia a los estrepitosos fracasos en materia de política exterior. El último, y más cercano a Castellón, el bloqueo de Marruecos a las exportaciones de nuestros azulejos, a pesar de que el Gobierno se ha empeñado hasta la saciedad en hacer creer a la opinión pública que tiene en este país a un aliado. Por no hablar de las malísimas relaciones existentes con Estados Unidos, nuevamente constatadas en los funerales por el Papa en el Vaticano.

La provincia de Castellón se ha visto muy perjudicada por el desbarajuste político que ha supuesto la llegada del PSOE a la Moncloa. Ni han llegado los 300 agentes prometidos de la Policía Local ni los 150 de la Guardia Civil que el Gobierno prometió para la provincia. Tampoco se han presupuestado ni el desdoblamiento de la N-340, ni el eje Segorbe-Morella, o lo que es más perjudicial todavía: Castellón tendrá que esperar más allá del año 2010 para poder contar con el tren de alta velocidad. Lejos de invertir, el PSOE ha desinvertido, porque además, insisto, se ha anulado el trasvase del Ebro.

El balance del primer año de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero merece un suspenso rotundo.