Los medios de comunicación han ofrecido la biografía del nuevo papa Benedicto XVI y se han referido a la de su inmediato antecesor con ese nombre. Si hubieran retrocedido un poco más en la lista de homónimos habrían visto que hubo dos Benedicto XIII. Entre 1724 y 1730 llevó este nombre el dominicano Pietro Francesco Orsini, que ha pasado a la historia como azote de los jansenistas. El primero fue el aragonés Pero Martines de Luna, elegido en Aviñón en 1394 y muerto en Peñíscola en 1422.

Considerado antipapa por los partidarios de Urbano VI y de su sucesor Bonifacio IX (que ejercieron en Roma), fue uno de los protagonistas del cisma de occidente que trajo la existencia de dos e incluso de tres papas simultáneos entre 1378 y 1417. Cuando Benedicto XIII, conocido como Papa Luna, perdió el reconocimiento de los franceses, gobernó desde el palacio real de Barcelona que le cedió Martín el Humano. Cuatro de los compromisarios reunidos en Caspe en 1412 para decidir la sucesión del rey Martín eran fieles a su papado.

Se da una curiosa coincidencia entre el primer Benedicto XIII y Benedicto XVI. En el pueblo natal del alemán hay dos panaderías que han puesto a la venta pastelitos en su horno: de mazapán con mermelada o frutos secos, llamados Benedicto XVI o Ratzinger, respectivamente. Se dice también que el nombre de Benedicto adoptado por el Papa Luna es el origen de los papabenets o pequeñísimos confites de anís que adornan determinados pasteles, como recogen los diccionarios de catalán.