La falta de lluvias que padecemos es la peor de los últimos años. Como la primavera está muy avanzada, el daño es irreversible para las cosechas de los próximos meses y supone una amenaza real para los bosques de la provincia de Castellón. El consumo doméstico de agua no plantea aún problemas urgentes salvo para pueblos del interior como Culla, donde siguen subiendo camiones cuba para atender las demandas vecinales.

Nuestro clima propicia que haya temporadas de escasez como la actual. La sequía de este año afecta sobre todo al campo y a su ciclo ordinario de producción. Pero igual que para evitar los incendios del verano hay que tomar cautelas preventivas en invierno, por eso es aconsejable economizar agua en nuestra actividad cotidiana.

El incendio que anoche seguía sin control en Atzeneta es una buena muestra del déficit hídrico que evidencia Castellón desde hace bastante tiempo.

Que las tierras de nuestras comarcas necesitan agua es una realidad que nadie puede obviar. Por eso, si nos hemos quedado sin trasvase del Ebro habrá que exigir al Gobierno actual que adopte las medidas oportunas para compensar esta carencia. El verano aún no ha empezado y la alarma ya se ha encendido.