La industria cerámica está atravesando en la actualidad un momento de gran dificultad. La constante escalada de precios de las materias primas, pero fundamentalmente de la energía, está colocando a muchas empresas en una delicada situación en la que apenas tienen armas para intentar sortearla.

El aumento de las tarifas del gas natural es un fenómeno generalizado de escala mundial que está perjudicando, y mucho, a los fabricantes de pavimentos y revestimientos cerámicos, el principal pilar de la economía castellonense, y con un nivel de empleos directos que supera la cifra de los 25.000 trabajadores.

Sin embargo, y a este hecho, frente al que difícilmente se pueden adoptar medidas paliativas, está contribuyendo decisivamente la mala gestión del Gobierno del PSOE, que lejos de apoyar y favorecer el desarrollo de la industria azulejera está generando con sus decisiones una mayor situación de dificultad.

Sin duda, el nuevo Decreto por el que se obliga a los consumidores de gas natural a permanecer "atados" al mercado tarifario durante un largo periodo de tiempo es una coacción, desde mi modesto punto de vista ilegítima, para las empresas en su derecho de libertad de elección.

Una vez más, la única preocupación del Ejecutivo socialista ha sido desandar el camino ya andado durante la etapa de Gobierno del Partido Popular, y sin tener ni la más mínima preocupación por las consecuencias que esta decisión lleva aparejada. Durante el Gobierno de José María Aznar, el mercado gasístico inició un periodo de apertura que supuso la progresiva entrada de nuevos operadores en la comercialización de gas natural, llegando a ser más de treinta, lo que favoreció la competencia y repercutió positivamente entre los empresarios a la hora de negociar tarifas. Ahora, la realidad es bien distinta. La nueva legislación del Gobierno socialista no sólo está alentando la destrucción del juego de la oferta y la demanda del mercado mediante la creación de un monopolio, sino que arroja a las empresas cerámicas en manos de la principal y casi única operadora, que ya está aplicando subidas de la energía que en algunos casos llegan hasta el 60% del incremento con respecto a los contratos de suministro firmados con anterioridad.

Otra vez ha quedado demostrada la nula capacidad de gestión del PSOE, que pasa por alto las reivindicaciones de uno de los sectores claves de la economía española, y que controla una cuota del mercado mundial que alcanza casi el 20%. De hecho, las decisiones socialistas sólo benefician a unas determinadas empresas, que se aprovechan de que el gas es un recurso energético imprescindible para el funcionamiento de esta actividad industrial, conscientes de que miles de compañías, entre las que se encuentran las fabricantes de azulejos y de fritas y esmaltes, están obligadas a seguir contando con esta materia prima a cualquier precio.

Por si fuera poco, el apoyo del Gobierno de Zapatero a la OPA hostil de Gas Natural a Endesa no hace más que favorecer la destrucción de la competencia entre los operadores de gas, como ya ha sido denunciado por todos los sectores económicos, y cuyas consecuencias son, en estos momentos, más que previsibles, pero siempre negativas para el sector cerámico.

En definitiva, todos estos hechos demuestran la nula importancia que para el PSOE tiene el sector azulejero y Castellón, pese a que uno de sus ministros es diputado en las Cortes por nuestra provincia. El Partido Popular de Castellón y la Generalitat Valenciana siempre han estado al lado de los problemas del sector cerámico provincial, como demuestra la colaboración del Ejecutivo valenciano en las negociaciones del Protocolo de Kioto, la denuncia por dúmping en México o la competencia desleal de China. Un diálogo que el PP está dispuesto a seguir manteniendo para preservar y favorecer el correcto funcionamiento de una industria líder que merece ser tenida en cuenta, porque de ella dependen los ingresos de muchas familias.

Vicepresidente de la Diputación Provincial