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Atención a los pacientes oncológicos

Me sorprenden las palabras del jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Provincial de Castellón, Dr. Frau, publicadas en el periódico Mediterráneo del día 22 de octubre, que cito textualmente: "En lo referente a los avances en la investigación contra el cáncer el doctor Frau quiso alejar falsas esperanzas. Tenemos muchas herramientas de diagnóstico, pero carecemos de una brújula que nos oriente, lo que puede ser un desastre para el enfermo y una ruina para la Seguridad Social".

Con ello responde a las inquietudes y dudas que tenía después de mi experiencia en la sección de Oncología del Hospital Provincial de Castellón, y sinceramente es de vergüenza. Siempre había pensado que la medicina es una ciencia positiva, que su objetivo es prevenir las enfermedades y curarlas, o por lo menos, paliar en la medida de lo posible sus efectos negativos; que los médicos son profesionales que quieren estar al día en su especialidad y que tienen las agallas suficientes para superar las dificultades que pueda presentar la evolución de la enfermedad; y, sobre todo, que los médicos son personas que tratan personas y que, como tal, sean enfermos terminales o sean enfermos de simples resfriados, se merecen toda la atención y cuidados posibles hasta el último día de su vida. Y así lo demuestran muchos médicos día a día con su buen hacer.

Desgraciadamente veo que no siempre es así. Durante los meses que estuve en la sección de Oncología del Hospital Provincial los médicos repetían una y otra vez "hay que esperar la evolución de la enfermedad", hasta que ésta venció. Y me preguntaba ¿es que no pueden, no saben o no quieren hacer nada más? Ahora ya lo sé. Tampoco escuchamos nunca un "ánimo, hemos de seguir luchando" o palabras de esperanza. En cambio sí tuvimos que oír los familiares, y lo que es peor, el paciente "los medicamentos se ponen cuando son útiles pero aquí no sirven de nada", "es un cadáver agónico"-

Es evidente que el cáncer es una enfermedad de la que queda mucho por investigar, pero hay mucha gente que lucha por vencerla, aportando todos los recursos que se pueda y sobre todo, tesón, coraje y esperanza. Aquí optan por la opción más simple y buscan la justificación al no hacer nada. Ahora entiendo por qué no sólo los familiares, sino los mismos pacientes en vez de recibir soluciones sólo reciben indiferencia, dejadez, una actitud de prepotencia y poca profesionalidad por parte de estos médicos. Y me pregunto ¿tenemos la culpa los enfermos y familiares de ser una "ruina" para la Sanidad en Castellón? ¿hay algo peor para un enfermo que no confiar en el médico?

Sirvan estas palabras de sentido homenaje a todas las personas que a pesar de estos obstáculos han luchado valientemente contra su enfermedad, y de mucho ánimo a aquellas que continúan luchando día a día.

Gregorio París Marzá

DNI: 18696554-S

Similitudes en el trato a los inmigrantes

Escribo estas líneas para manifestar el gran impacto que me provocó hace unos días escuchar a Josefina Cembrero y ver la película El tren de la memoria en la Fundación Bancaja. Nunca había pensado que existiesen tantas similitudes entre el trato que recibieron los españoles hace sólo 20 ó 30 años cuando se fueron de nuestro país a Alemanía o Francia para trabajar cuando en España no había nada, y la situación que viven en Castellón las personas que han venido de Rumanía y otros países para trabajar.

Nadie se marcha de su lugar de origen a otro país para trabajar por placer. Cuando alguien se marcha tan lejos y deja a su familia, a sus amigos, sus cosas y todo con lo que ha crecido y vivido, es por absoluta necesidad. Eso es lo que les ocurrió a los miles de españoles que se fueron a Alemania y eso es lo que les ocurre a los miles de rumanos que vienen ahora a nuestro país. La situación es la misma y sólo es una repetición. Y parece mentira que se haya aprendido tan poco.

La película es impresionante porque se diría que es la misma situación, la misma intolerancia entonces que ahora y parece mentira que hayamos aprendido tan poco de todo esto. Me produjo una impresión enorme escuchar en la película que proyectaron en Bancaja cuando los españoles en Alemania se reunían en la plaza de la estación y los alemanes les miraban con preocupación. Es lo mismo que ocurre ahora con los emigrantes que se reunen en alguna de las plazas de Castellón. Como entonces los españoles vivían en las peores casas, ocupaban los trabajos que los alemanes no querían y cómo los alemanes malpensaban de los españoles solo por el hecho de ser españoles. Y tanto dolor para que la historia se repita idénticamente 30 años después pero al revés. Ahora somos los españoles los que acogemos a los emigrantes.

La conclusión es que todos nos necesitamos. Alemania necesitaba a los españoles y los españoles necesitaban el trabajo que les ofrecían en Alemania en aquellos difíciles años y ahora es lo mismo, pero a la inversa. Es lo mismo, la misma manera de actuar, lamentablemente. Por eso creo que es necesario tratar temas como el de la película del otro día para que podamos reflexionar y evitar repetir los comportamientos que hace 30 años originaron tanto dolor a una generación de españoles y no olvidar para que no se repitan porque no podemos dar la espalda al fenómeno de la emigración en nuestro planeta que ya es mestizo. Y como decía su periódico: nosotros fuimos ellos.

L.Y.

Quiquet de Castalia, en el recuerdo

Prompte far ja un any que ens vas deixar, te´n vas anar una nit dels primers dies de desembre, quan les llums que adornaven la nostra ciutat per les festes de Nadal, lluien amb tot el seu esplendor. Era una nit de dissabte, i en compter d´anar a la Pérgola, a veure la presentació de la gaiata de torn, vas preferir anar-te´n al cel i deixar-nos des d´aquest volgut Castelló, orfes, del teu cos grandot, i si em deixes dir-t´ho, desmesurat, com el teu cor, com les teues ganes de viure, com el teu amor per la teua família i del teu amor pel nostre Castelló. Ens vas deixar orfes de la teua rialla, del teu esperit, de les teues ganes de fer coses. He de dir-te Quiquet, que jo, de moment, ja no he tingut forces per a reunir a tota la gent de l´escolania, suposo, que s´em passar amb el temps. Aquest any m´he quedat sense forces, m´he quetat sense el meu motor, que eres tú, per organitzar dinars i encontres, encara recorde quan em dies: "El gran Santi", i aix² em pesa molt, el "gran", ja no és capa§ d´organitzar res sense tú. El meu amic Jaume, que tu coneixes bé, esta fent for§a per a que organitze un encontre a primers de desembre, per² no ser el mateix sense tú, organitzar coses amb la teua ajuda, era d´all² més f cil i ara sóc incapa§ d´agafar la meua agenda telef²nica i comen§ar a mobilitzar a la gent. Doña Conchita i Don Luis també han estat fotuts, pero pareix que ara ja va tot millor.

Vaig estar parlant amb la teua filla, amb Lledó, a ta casa, em va dir, que ho estan passant malament, que no es troben sense tú, que les teues netes i el teu nét, només fan que preguntar pel iaio Quiquet, els conten que te´n vas anar de romeria a la Magdalena, i que pel camí et vas trobar, a San Crist²fol i a Sant Jaume, i que la Mare de Déu del Lledó, t´estava esperant dalt del cim, propet del Castell Vell, i que per aix² tardes tant a tornar. Jo també crec aix² que li conta Xelo als teus néts, pense, que est s a la romeria, que est s amb la canya, amb la cinta verda, amb el teu barret i amb la brusa negra, que te´n vas anar a buscar a Andrés i a Xavier, per que volies que vingueren al tercer encontre, per² que s´han amagat, i que no els trobes, Quiquet, veritat que quan els trobes, tornareu, tots junts? Em fan falta tres, per completar una taula i ara que s´acosta Nadal, us necessitem més.

Per ací, volen ficar el teu nom a un carrer, per² la Casa Consistorial, ja saps com funciona: hui faig el paper, dem ficaré el segell i deprés dem , ja faré la c²pia, tindrem que donar-los bara.

Ens agradaria, a alguns, poder passejar pel teu carrer i seure a l´ombra dels arbres i pensar...

Pensar que aquesta ciutat, des del passat Nadal, ja no sóc capa§ de recordar-la com Castelló de la Plana, si no com, Castelló de Quiquet de Castalia.

El teu amic, que no t´oblida.

Santiago Escuder Saurina.

DNI: 18947489-C

Problemas en la plaza Mallorca de Castellón

Es por una queja que hubo el otro día de la plaza Mallorca. La respuesta no nos convence a ningún vecino. Primero, la calle San Cristóbal no se está remodelando. Se tenía que haber comenzado a rehabilitar hace dos años y pico, que es el tiempo que vienen diciendo que lo tienen que hacer. Pero es mentira. El tobogán que hay enmedio de la plaza está roto desde mitad de agosto. Hay un trozo del columpio en el suelo, con el peligro correspondiente para los niños que están jugando ahí. ¿Qué hay vandalismo? Sí, también estoy de acuerdo, pero haría falta un poquito más de vigilancia. Porque los vecinos que vivimos aquí no tenemos ninguna culpa de aguantar lo que estamos aguantando. Porque por la tarde, son unos gamberros que vienen, junto con un señor que siempre está bebido, quienes arman unos follones tremendos. Y luego, los fines de semana, tenemos el botellón, porque hemos llamado varias veces a la policía y lo sabe, hay botellón y váteres públicos. Y voy a dar una lista de los mismos: En el n° 10, frente al 17, hay un váter. Entre el 26 y el 27, que hace un rincón, otro. En el 29, también hay otro urinario. Esto no se puede aguantar. Es una falta de higiene tremenda. Habrá que decirle al concejal que no sé dónde barrerán, porque aquí muchos días no se limpia. Y que nos ponga como ejemplo la plaza María Agustina, pues tampoco es correcto. Porque si nuestra plaza estuviese como María Agustina no pondría la queja que pongo ahora. Y otra cosa más, la plaza Mallorca no termina en el número 11, sigue todo el callejón hasta el 19 y sale a la calle San Francisco. También es plaza Mallorca eso, por lo menos todo viene en la dirección de plaza Mallorca. ¿Qué riegan y limpian un poco la plaza? Vale, pero todo lo demás, no. Y esos rincones se pueden ver llenos de meadas. Hace una peste que no se puede soportar. Creo que pagando nuestros impuestos, no tenemos por qué aguantar esto. Que pongan un poco de vigilancia y que lo corten un poco.

Concha.