Jamás podré agradecer suficientemente al Sr. Agustí, portavoz del PSOE de Almassora, haber conseguido con su último escrito sacarme del letargo retórico en que estaba sumido. A modo de disculpa, tal vez la causa de mi languidez no sea otra que el aburrimiento que desde hace 24 meses viene provocando en mi su particular manera de hacer oposición.

No es que en lo esencial su última historieta contenga algún elemento digno de ser considerado como un posicionamiento político claramente definido. Simplemente ha conseguido un grado tal de demagogia que perder unos minutos en poner las cosas en su sitio puede resultar incluso gratificante para todos.

Sin embargo, no me cabe la menor duda que cuando la inopia se manifiesta de forma tan intrépida, muy probablemente, y por mucho tesón que le ponga, me va a resultar harto difícil devolver la sensatez política a quien hace mucho tiempo la perdió.

Todo su artículo publicado hace unos días en este periódico, gira en torno a un claro objetivo: mi descalificación personal. Para ello recurre, como no, a meros juicios de valor, a contar verdades a medias, a compararnos con poblaciones vecinas gobernadas por su partido y, por último, a recordar el sueldo que percibo por mi trabajo, sueldo que, por cierto, es inferior al que percibía con anterioridad. Todo ello adobado con llamadas telefónicas que por su condición de anónimas y su contenido infamante se descalifican por si solas.

Si me tengo que atener a lo que hicieron en la anterior legislatura, comprendo Sr. Agustí que mi perfil no encaje con el prototipo de concejal de Urbanismo que ustedes hubieran deseado: Sin dedicación exclusiva, con presencias esporádicas en el Ayuntamiento cuando sus obligaciones laborables se lo permitieran, y dejando en manos de "alguien" la exigua gestión que fueran capaces de sacar adelante, eso sí, con un sinfín de informes jurídicos externos cuando los de la casa no se adecuaran a determinados intereses. Lo siento, pero comprendo que no doy el perfil.

No quisiera tener que entrar uno por uno en cada uno de sus 18 ejemplos, que por su zafiedad sería muy fácil rebatir y, por tanto, aburrir al personal, cosa que dejo en sus manos. De todas formas, le vuelvo agradecer que recuerde a quien haya tenido el estoicismo de leerle, que incluso con retraso hoy podamos hablar del proyecto de urbanización de Santa Quiteria, del ecoparque, del proyecto de la Ronda Sur, del parking, de la calle San Salvador, de mi negativa a negociar con la administración socialista tirar villas en la primera línea de playa, del F²rum de la Sostenibilidad, de las infracciones urbanísticas del proyecto del camí Catalans y Om Blanc, etc. ¿De tanto tenemos que hablar Ud. y yo, Sr. Agustí? ¿Está seguro? Por mí, adelante, hablemos, y cuanto más, mejor.

Hoy sólo citaré a modo de ejemplo, por ser de candente actualidad, la protección de la escalera del antiguo Ayuntamiento. Como es posible, Sr. Agustí, que el PSOE, que aprobó su protección, empezara a desmantelarla sin tan siquiera molestarse en eliminarla del catalogo. Le propongo, ya que cuando se lo pregunté en la comisión de Urbanismo fue incapaz de argumentar respuesta alguna, que haga un mínimo esfuerzo intelectual e intente explicárselo al vecino que preso de un arrebato legalista amenazó con ir a los tribunales en caso de que "los del PP cometan esa aberración", y aconséjele que esté tranquilo, dígale que si mantiene su amenaza, el primero que posiblemente pase por el juzgado a dar explicaciones sea Ud. Que quiere que le diga, estoy seguro que le será fácil convencerle de que desista en su actitud.

Da usted 18 razones para pedir mi dimisión que, como he dicho antes, no pasan de ser, en el peor de los casos, verdades a medias. Yo le voy a dar sólo dos por la que no voy ni tan siquiera a considerar la posibilidad de dimitir: La primera es porque todos los días renuevo mi firme compromiso en cumplir de la mejor manera posible con la responsabilidad que se me ha encomendado. El resultado, en cualquiera de los ámbitos por Ud. citados, saltará a la vista en un corto espacio de tiempo, de no haberlo hecho ya en la mayoría de ellos y, evidentemente, todos mejorables, pues no le quepa la menor duda que soy consciente de mis propias limitaciones. La segunda es porque Ud. pierde toda legitimidad moral para pedir mi dimisión desde el momento en que tergiversa a su conveniencia la propia realidad, engañando a la opinión pública según le vaya a sus intereses.

Mi cargo y mi responsabilidad están a disposición de quienes me los confiaron, no de sus ridículas pretensiones, que en cualquier caso son reiterativas con algunos de mis compañeros de gobierno, incluido el alcalde.

De todas formas, Sr. Agustí, para que vea que mi agradecimiento es sincero, y que no le guardo rencor, pido públicamente a quien corresponda en su partido que lo mantenga muchas legislaturas más, y porqué no, casi me atrevería a proponerlo como cabeza de lista. Que usted en la oposición lo hace muy bien. Aunque, ahora que recuerdo, es lo habitual en el PSOE de Almassora. Los números uno se van turnando en cada una de las convocatorias municipales. Igual le toca por turno. Bueno, ustedes sabrán. Yo he hecho lo que he podido.

Concejal de Urbanismo y teniente de alcalde en Almassora.