El hecho de que esta noche, a partir de las doce, entre en vigor la nueva ley antitabaco ha revestido la entrada del año 2006 de una peculiaridad especial. Más allá de menús, cotillones o fiestas, el personal sólo debate sobre qué va a pasar tras sonar las doce campanadas. Normativamente, no se podrá encender un cigarrillo en aquellos locales no habilitados, pero todo el mundo da por hecho que, al ser una velada singular, habrá impunidad total para la juerga, con pitillos incluidos.

Lo que suceda esta madrugada y, sobre todo, a partir de mañana, tiempo habrá para analizarlo, pero lo que ya es una realidad indiscutible es la incertidumbre que tienen hosteleros y clientes por no saber cómo actuar.

Desde la Asothur, patronal del sector turístico y hostelero de Castellón, aseguraban ayer que durante toda la jornada recibieron un alud de llamadas de propietarios de restaurantes para interesarse por la letra pequeña de la ley y así poder actuar sin riesgo de sanción. También recibieron los restaurantes peticiones de clientes para que se les ubicara en una zona específica del local.

El 2006 será recordado como el año de la ley antitabaco y esta misma noche empezaremos a darnos cuenta.