Querido lector:

En este mundo con su economía cada vez más globalizada o tienes iniciativa, te transformas conforme avanzan los tiempos o feneces. Así lo está analizando, al parecer, gran parte de uno de los sectores tradicionales de nuestra economía productiva: la citricultura.

De esta guisa, ante la reforma de la OCM de Frutas y Hortalizas en lo que hace referencia a mandarinas y naranjas, una de las organizaciones agrarias con más representatividad en las comarcas castellonenses, Fepac, ha planteado entre otras una propuesta hasta ahora impensable por estos lares, al considerar que la Unión Europea debe imponer un límite a la superficie que se dedica al cultivo de cítricos. Sí, no se extrañen, igual que ocurre con la vid.

Es un claro ejemplo, sin duda, de la crisis permanente que vive el sector, que ve escasos apoyos por parte de las administraciones autonómica y estatal y que se encuentra dividido internamente.

¿Conocen alguna actividad emprendedora a este respecto por parte del actual conseller de Agricultura Cotino, que no sea la de asistir a actos festivos, ferias o mercadillos del sector?

¿Han conocido alguna disposición favorable por parte de algún ministro de los diferentes gobiernos en los últimos 20 años en relación a la agricultura valenciana?

Y ¿por qué los citricultores denuncian que la Interprofesional Citrícola Intercitrus no hace nada por el sector productivo? Mal andan las cosas, sin duda.