Querido lector:

Mañana vuelve la normalidad de verdad. Mañana lunes, todos los escolares de la provincia, inician el curso y los padres volvemos a ponernos las pilas un año más para que el regreso de los niños sea un acto lo más rutinario posible, sin ningún tipo de estrés posvacacional infantil --al contrario que los mayores-- con todos los numerosos reembolsos realizados --que no son pocos entre libros, material escolar, ropa, transporte, comedor y demás-- y con la sana intención de que todo resulte adecuado.

Lo que pasa es que vivimos en un semi-estado del bienestar que no acaba de serlo del todo y que no nos deja todo el buen sabor de boca que quisiéramos después de sufrir, en el buen sentido de la palabra, tres meses de vacaciones escolares.

Es decir, la respuesta que recibimos de las administraciones públicas, en este caso las educativas, no logran convencernos del todo. Me explico. Nos encontramos con una ratio un poco más elevada de alumnos por clase que la del año pasado. Comprobamos cómo este año han realizado un par de aulas prefabricadas más en el patio del colegio. Vemos que hay una mayor variedad en la procedencia de los niños y un mayor número de ellos --especialmente en los centros escolares públicos, no en los concertados-- y precisamente oímos cómo se quejan algunos padres de que no les han dado plaza en esos centros concertados, cada vez más solicitados. Advertimos que falta algún profesor por ocupar plaza... Lo de todos los años.