Este diario condenaba ayer de manera inequívoca la actitud de las varias decenas de personas que habían tratado de impedir violentamente el martes la celebración de un acto electoral del PP en Martorell (Barcelona). La tesis es que nadie tiene derecho a perturbar el derecho de un grupo político a expresarse libremente, algo que ocurrió anteayer con los zarandeos a Josep Piqué, candidato del PPC, y a Ángel Acebes, secretario general del partido, a la entrada del mitin, del que tuvieron que salir protegidos.

El PSC actuó con una elogiable contundencia al anunciar ayer la expulsión del partido de un militante de sus juventudes que actuó en los tristes hechos de Martorell. Pero unas imágenes emitidas luego por Tele 5 muestran cómo el secretario ejecutivo de Organización del PPC, Xavier García Albiol, participa también en el incidente al agredir a un manifestante que lleva en las manos una cacerola y otro utensilio de cocina.

Hay que exigir al PP, que ayer recibió el apoyo de medios de comunicación y fuerzas políticas después de las agresiones sufridas, que tenga ahora el valor de esclarecer lo sucedido y actuar contra García Albiol, uno de sus más importantes cargos. Precisamente por serlo, es intolerable que pierda los nervios y agreda a alguien que está en su derecho de expresar una protesta. Cuando sólo faltan tres días para que comience la campaña electoral catalana conviene que los ánimos se serenen.