El otro día me enteré de algo que no sabía y se me empezaron a aclarar unas cuantas dudas. Y es que, según un investigador español, el cuerpo humano está programado para vivir 30 años. Ello supone que hasta esa edad la máquina humana funciona a pleno rendimiento. A partir de ahí, y a pesar de que al cuidarnos llegamos hasta los 90 años, ya estamos fuera de plazo, vivimos de regalo, ya no estamos en periodo de garantía. Por lo tanto, nuestros genes no funcionan bien del todo, empiezan a sufrir desajustes.

Por cierto, se dan cuenta de que las cosas más importantes de nuestra vida las desarrollamos en periodo de declive, cuando empieza la indefensión. Tal vez por eso del deterioro, Rajoy no quiere utilizar el acuerdo con el PSOE para abordar la cuestión del terrorismo y la inmigración. Tal vez por eso, Bono quiere ser un día candidato a la alcaldía de Madrid y al siguiente lo contrario. Tal vez por eso, la mayoría de gente formamos una mayoría silenciosa que permitimos que unos cuantos intermediarios olviden sus obligaciones y violen nuestros derechos.

Por ello pienso que si a partir de los 30 años el chirimbolo humano comienza a depauperarse, parece que el decaimiento no es igual para todos. A primera vista, y sin mucho rigor científico, da la impresión de que los administradores fallan más. Todo indica que los administrados viven peor, se cuidan menos, pero se mantienen mejor y más lúcidos. En todo caso, solo sufren de impotencia y mala leche, algo que hace mal vivir pero no deteriora en exceso. Eso se debería investigar. Aunque, el voto, el retirar al que falla, es una posibilidad.

Experto en extranjería