Ya se lo he dicho varias veces, señores del PP: "No es preciso que elaboren ningún programa electoral, ya que con lo que tienen pendiente de cumplir de los anteriores van ustedes bien apañados".

La ventaja del que se presenta a elecciones desde el poder es que, además de un programa de ofertas nuevas, presenta un elenco de objetivos conseguidos. Aquí, con este Fabra y PP, pasa al revés: ofrece lo viejo prometido como nuevo y, lamentablemente para la ciudad y los ciudadanos, el listado de objetivos alcanzados se reduce a porcentajes ridículos, propios de su mala gestión.

No hagan programa, Alberto. Además, si leen las notas-denuncia del PSPV de estas últimas semanas, ya tienen el programa electoral para 2007. Total, para pasar a la oposición- ¡Lo han dejado todo por hacer! Se lo hemos recordado, pero no me duelen prendas: carencia total de infraestructuras en materia de carreteras, ferrocarril, agua y seguridad ciudadana; sobre lo que ustedes ni se preocuparon aquí, en Valencia ni en Madrid, cuando podían y debían, y que ahora está resolviendo perfectamente un Gobierno socialista, lo mejor que nos podía pasar. Y Fabra ya mandaba antes de la usurpación.

Otro objetivo que tendremos el honor de alcanzar es el famoso aeropuerto. Sí, el aeropuerto iniciado hace 11 años, lo acabaremos nosotros, los socialistas. Ustedes, incumplidores cuando ganan, han dejado escaparse el tiempo sin hacer casi nada y ahora quisieran cargar las culpas al otro, como siempre. Pues no. Sepan todos que la culpa del retraso del aeropuerto es toda de la negligencia de los dirigentes del PP de Castellón, los Fabra, Campos, Mulet y demás cohorte.

No hagan programa. Su programa lo arrastran varias legislaturas; ya está hecho: 15 años con interrupciones del suministro eléctrico, pasos inferiores inundados, barrancos desbordados, tráfico caótico, sin transporte público eficaz y completo, sin la ronda, de espaldas a la Universitat Jaume I, malas relaciones con los pueblos vecinos, insuficiente red pública en educación, salud y servicios sociales y, coronando ese fracaso, la subida espectacular de impuestos, los pelotazos y el nepotismo.

Ha hecho tarde, alcalde sobrevenido. Solo le resta reconocer el fracaso y pedir disculpas por los años perdidos.

Diputado del PSPV en Les Corts