Los silencios de los alcaldes de Castellón durante los gobiernos del PP han sido habituales. Del señor Gimeno difícilmente se recuerdan propuestas avaladas con sus palabras. El señor Fabra persiste en esa política. No se si guiado por el refrán de que "quien no habla no hierra", o el de "quien calla otorga". Los silencios permanentes en política no son admisibles y menos cuando se producen de palabra y de obra ante problemas importantes para la ciudad.

El señor Fabra se ha decidido por una política mediática, de fotos y de visitas, sin asumir las problemáticas y las soluciones a las mismas que tiene Castellón. Estos días hemos asistido una vez más a sus silencios. En uno de los últimos caso, la falta de seguridad en el aeródromo, incluso se ha escondido ante los problemas faltando a la verdad. Sin entrar en las causas del accidente de la avioneta, lo que ha podido conocer la opinión pública es que el alcalde no se ha pronunciado y se ha escudado en solicitar un informe a Aviación Civil, documento que según parece ya tiene desde hace algunos meses y al que no le ha hecho mucho caso.

Al mismo tiempo, hemos asistido en nombre, uno no sabe bien de qué, a la perversa utilización de la página web del Ayuntamiento, donde un blog ha incumplido el pliego del contrato municipal, mientras la institución miraba a otra parte. En ambos casos debiera responder el señor Fabra y, desde luego, no son los silencios la fórmula lógica y adecuada. Todo ello vuelve a ser una prueba más de incapacidad política y, en su momento, espero que se los ciudadanos le pedirán las responsabilidades donde corresponde en democracia. En las urnas. Pero no podemos olvidarnos de otro tipo de responsabilidades, las éticas.

Portavoz del Grupo Municipal

Socialista en Castellón