Unos 3.000 árboles del macizo del Penyagolosa corren el peligro de ser talados debido a una decisión de la Conselleria de Territorio, pero ante la alarma social creada, parece que el PP no cumplirá con su amenaza arboricida.

En cualquier caso, a los vecinos de la ciudad de Castellón no nos hubiera extrañado. Desde hace tiempo, la política del PP y del señor A. Fabra no destaca por la sostenibilidad, el respeto medioambiental o la potenciación de zonas verdes. La realidad es más bien otra. La implantación de una política del cemento, sin pensar en que lo importante somos las personas que vivimos, paseamos, trabajamos y disfrutamos de la ciudad. La política que se realice en la ciudad no puede ser un nicho de negocio urbanístico para algunos, tal y como realiza el PP, sin pensar en el desarrollo sostenible y en el futuro.

Pero esta forma de actuar no nos extraña, pues la política de A. Fabra es considerar las rotondas como zonas verdes, descuidar las zonas de arbolado como las calles San Félix y San Roque, y transformar las áreas verdes. ¿Recuerdan la plaza Huerto Sogueros con aquellas hileras de palmeras?

Otro ejemplo de la política medioambiental del señor Fabra es el abandono de nuestros parques, como el Ribalta, que a pesar de las reformas, nadie puede adivinar en qué se ha invertido. O el famoso Jardín de los Naranjos, frente al auditorio, cuyo estado actual es un auténtico esperpento. Dicen que en la vida hay que escribir un libro, tener un hijo/a y plantar un árbol. Desde luego en el PP el objetivo de plantar un árbol no se lo han aprendido.

La ciudad necesita espacios verdes, respeto medioambiental, políticas sostenibles y, desde luego, que no se talen árboles sino que se planten.

Portavoz del Grupo Municipal

Socialista en Castellón