Querido lector:

Lo que está pasando en el Ayuntamiento de Nules es kafkiano, surrealista o simplemente intencionado. Porque si no no puede entenderse tal magnitud de desgobierno, de falta de coherencia y de despropósitos continuados en la gestión pública que, por cierto, pagan todos los nulenses con sus impuestos. Seguro que lo único que funciona en esa casa consistorial es la recaudación.

Intencionadamente no se pueden hacer las cosas tan mal. No es posible que un equipo de gobierno, aunque esté formado por tránsfugas y por un concepto de la ética política inexistente, mantenga a todo un pueblo perplejo, con vaivenes incomprensibles en las decisiones de gobierno y con el peligro de hipotecar su futuro. El pleno del viernes fue ya la culminación.

El alcalde Salvador Górriz prorroga por tercera vez un PAI que contempla una zona industrial casi tan grande como el mismo pueblo, adosada al casco urbano del municipio y a la cual se oponen los vecinos que no han tenido más remedio que iniciar movilizaciones y recogidas de firmas, a todas luces con la intención de aprobarlo más adelante como sea. Y el partido IPN, que ha gobernado con él y al que Górriz dejó en la estacada al incumplir el pacto de gobierno, cambia de propuestas en relación al PAI en cada pleno --y van tres--, aunque se desdigan unas de otras, a todas luces también con la intención de aprobarlo como sea. Y la oposición de PP, EU, Bloc y el concejal que quedó del PSPV, a verlas venir sin saber por dónde van los tiros.