Con desagrado e indignación leí los ataques que recibió el rector de la Universitat Jaume I de Castellón por su intervención el día de la inauguración del curso académico. Como compañera del rector Toledo en el Consejo de Universidades, he tenido sobradas ocasiones de conocer su empeño en la defensa de la universidad pública, su demostrada preocupación por la justicia social, su lucha constante en defensa de la igualdad de oportunidades y sus claras y precisas argumentaciones en la defensa de estos principios.

Principios que con las últimas medidas llegadas de la Conselleria de Empresa, Universidad y Ciencia, algunas personas del Consejo podemos entender que son conculcados. Sobre todo en lo que se refiere al proyecto de crear la llamada Universidad Internacional Valenciana, que como bien han calificado algunos comentaristas, más que otra cosa, parece un capricho virtual del conseller. Un capricho caro, pues hay una partida para financiarla de 12 millones de euros, prácticamente lo mismo que se dedica a la financiación del resto de las universidades públicas.

Mucha prisa tiene el conseller Nieto en poner en marcha dicha Universidad, a pesar de las opiniones en contra, por la precipitación, de los rectores de las universidades públicas de la Comunidad Valenciana.

Entre las acusaciones gratuitas que se le han hecho a Francisco Toledo hay una verdaderamente lamentable: se aconseja a todos los rectores que no se metan en política. Esta frase encierra un intento de desacreditar al rector, al mismo tiempo que se ignora lo que es defender la cosa pública. Política estamos haciendo todos constantemente.

Desde este foro público quiero transmitirte mi total apoyo y reconocimiento por unos planteamientos que hago míos y que con valentía y contundencia, dignas de admiración, utilizaste en la apertura del nuevo curso académico de la Universitat Jaume I de Castellón.

Secretaria de la Dona de

CCOO-PV y miembro del Consejo de Universidades de la Comunidad Valenciana